El Capital extractivo avanza voraz sobre los territorios indígenas de América Latina. En Guatemala más de 50 consultas comunitarias, con más de 1 millón de hombre, mujeres, niños y niñas, han dicho no a la minería y a la instalación de hidroeléctricas en sus territorios.
La población organizada resiste, frente al poder del dinero y frente a un Estado que favorece esa invasión. Funcionarios que son ajenos a los pueblos indígenas e igual que hace 300, 200 ó 100 años, alcahuetean el saqueo y recogen las migajas.
Las consultas comunitarias son expresión de resistencia. Por ello el mal gobierno propone a la "sociedad" un reglamento de consultas, redactado en la oficina de alguna transnacional minera o de algún tecnócrata a sueldo de la oligarquía nacional. Quieren reglamentar la resistencia. Ja ja: eso no se puede. La lucha continua.
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