miércoles, 14 de diciembre de 2011

¡Buena onda Silvio Rodríguez!

El sol moribundo de las seis treinta de la tarde ilumina su rostro de moreno profundo y mediana edad. Le pega un grito a su hija de cuatro años para que se asome a la ventana. ¡Ven que ya empieza! le grita. Los ojitos medio dormidos se dejan ver a través de una ventana sin vidrio del tercer nivel de edificio 321 del barrio La Pachanga, en el centro de Cojímar, al este de la Habana. El barrio y su alegría han sido convocados para el concierto.

Coincidencia de esas que te conectan con el inconsciente colectivo del momento: yo estoy hospedado en el 321 de otro edificio al otro lado de la ciudad. Media hora antes del concierto parece que no será muy concurrido el evento musical, a medida que pasan los minutos se siente la expectativa de los grupos de adultos y jóvenes, principalmente los niños y niñas, algunos aún con el vestido de pioneritos, se empujan, corren, se gritan frente al escenario. Algunos llaman a su mami: ¡apúrate que ya viene subiendo Silvio!

Una abuela rondando los 65 años, con trenzas en el pelo, negra de toda la vida en el sentido más poético y profundo del término, es la que, al inicio de la música, le pone más sabor al movimiento de sus pies y sus caderas. La música que suena es de un grupo de seis tipos (Vocal Sampling) que sin instrumentos en mano logran con sus voces crear un conjunto armónico de bajo, batería, sintetizador, voz principal, guitarra y coros, regalando al público una rica salsa santiaguera.


Minutos después Silvio aparece en el escenario y la gente canta con él a todo pulmón. La alegría desborda los corazones de los allí convocados. En Cuba, Rodríguez pertenece a una élite de artistas reconocidos internacionalmente. La gente considera que están en una especie de Olimpo de músicos, pintores y escritores. Pero tenerlo hoy acá en la esquina de la cuadra, con un escenario sencillo y con una actitud de humildad nos cambia la perspectiva.

La directora de la escuela del barrio, otra morena preciosa y alegre, sentencia: ¡Ojalá que la gente aprecie esto y que sea una lección para aquellos artistas que están empezando su carrera! ¡Acordarse del barrio! No se trata de regresar a las raíces sino, aún lejos, mantenerse mediante ellas conectado a la tierra. ¡Viva Cuba libre! ¡Buena onda Silvio Rodríguez!

Fotografías de los conciertos de Silvio en Cojímar y Jardines de la Tropical.